La Pesadilla de los grupos de WhatsApp
WhatsApp es, sin lugar a dudas, uno de los mejores inventos del siglo y una herramienta extremadamente útil. Desde tu teléfono puedes resolver, simultáneamente, un tema de chamba, organizar la […]
Un blog de risas garantizadas y uno que otro verdadazo…
WhatsApp es, sin lugar a dudas, uno de los mejores inventos del siglo y una herramienta extremadamente útil. Desde tu teléfono puedes resolver, simultáneamente, un tema de chamba, organizar la […]
WhatsApp es, sin lugar a dudas, uno de los mejores inventos del siglo y una herramienta extremadamente útil. Desde tu teléfono puedes resolver, simultáneamente, un tema de chamba, organizar la comida de tu casa, preguntarle a tu espos@ a qué hora es el cine, quedar con el plomero en cuándo viene a arreglar la fuga, armar el plan social de todos tus hijos y preguntarle a tu mamá cómo se siente hoy. Todo en seis minutos, o menos, dependiendo de qué tan rápido escribas.
Lo malo, como siempre, es el lado B. Y el de WhatsApp es realmente escalofriante… tan tan tan taaaaaan… Sí, me refiero a los famosísimos chats.
El de tus amigas de la prepa, el de los de la universidad, el de vecinos, el de vecinas, el del trabajo, el de tus papás y tus hermanos, el de tus papás y tú (sin hermanos porque quieres tu espacio), el de puros hermanos (para hablar de los papás), el de la familia de un lado, el del otro, el de primos, el de tus amig@s, el de (algunas) de l@s mism@s amig@s pero que es underground, el de la yoga, el de la ronda, el típico de los señores en el que se mandan puras fotos de viejas encueradas (no se hagan), el de tu clase de no sé qué, el del equipo de fut… en fin. Hay tantos chats como personas en tu lista de contactos. Las posibilidades son ilimitadas.
La parte no increíble es, como siempre, el abuso.
No hay nada más íntimo que el teléfono celular de una persona. Ni los calzones son tan sagrados como nuestra pantallita. Y por esa razón me pone muy malita que la gente se tome la libertad de invadir mi espacio con información que muy honestamente me vale madre, especialmente cuando lo hace por WA, que es el equivalente actual a picarte el hombro con el dedo.
A ver, evidentemente si estás en un chat es porque quieres estar (casi siempre), pero hay algunos a los que se les olvida lo que está permitido y lo que neta… no manchen.
Hace poco mi teléfono empezó a sonar sin parar porque una persona abrió un grupo de WA en el que éramos, “solamente”, 78 personas (¡un beep por cada persona agregada, qué padre!), la mayoría no nos conocíamos. La creadora del grupo: una mamá del kínder de mis hijos que no he visto en 7 años y que además ni siquiera era mi amiga. Pensé que el grupo era para darnos un aviso importante ¡No! Era para anunciar que a partir de ese día estaba vendiendo un producto absolutamente milagroso que iba a cambiar mi vida y la de las otras 78 personas. Más bien me pareció absolutamente nefasto y, por supuesto, abandoné el grupo de inmediato.
Gente: el WA no es un medio publicitario.
Ni mucho menos un lugar donde puedes poner a la gente entre la espada y la pared pretendiendo que te compre algo. Qué oso. En serio, ¡ni mandando mensaje personal puedes usar el WA para decir que vendes cualquier tipo de producto!
Para eso existen el mail y las listas de distribución con copia oculta.
Luego los chats de familia en donde, muchas veces, lo único que tienes en común es el apellido. Estos funcionan cuando se usan solo para proponer y organizar eventos, o anunciar algún logro o estado de uno de los participantes. Pero qué tal esos en dónde está la tía que diario manda lo que dijo el Papa, la oración de las 12 y la profecía de la “señora de me da igual qué”. La que todos los días pone 19 fotos (malas) de sus hijos (beep beep beep). La que mete la pata porque agradece la invitación a la comida del sábado… a la que a ti no te invitaron.
O en los que dos que se ponen a platicar de algo que a nadie le importa en lugar de abrir un chat privado. Y en el que una presume los logros de las hijas, como quien no quiere la cosa, para que todo el mundo le diga cosas preciosas (a ella, no a las hijas).
¿Los peores? Como yo los llamo: “los chats de las mamitas” Diooooooos.
Qué tal cuando se anuncia algo de la escuela, lo cual me parece bien. Pero entonces 40 personas ponen: Gracias. Gracias. Gracias. Gracias aaaaaarrrrgggggg ¡absténganse! O ponen fotos de las fiestas en las que solo fueron 7 niños del salón ¿así o más de mal gusto?
O en el actual, con la mamá que diario, a las 3:30 de la tarde, puntualmente pone: “me podrían pasar la tarea de hoy porque a fulanito se le olvidó anotarlaaaa“. Sí. Todos los días.
He tenido que hacer un esfuerzo muy importante por no poner algo tipo “¿y tú por qué crees que se le olvida diario chulis?” Increíble que la gente no entienda que está formando personas completamente irresponsables e inútiles bajo el estandarte de “soy una mamá muy involucrada“ ¡La tarea es de los niños! Y eso incluye que si se les olvidó anotarla: averigüen, repongan o den la cara con quien sea necesario ¡ELLOS, NO TÚ! Nadie se va a levantar un día a los 30 años diciendo “a partir de hoy voy a ser una persona responsable“. Eso es algo que se aprende desde el día que nacemos: dejen de resolverles la vida si no quieren seguirlo haciendo cuando sean adultos.
Es impresionante también que los hijos organizan todo por mensajito. No saben hablar por teléfono a una casa, saludar, preguntar, pedir algo. Yo estoy en una campaña de no prestarles mi WA para ese tipo de cosas a menos de que sea estrictamente necesario. Parecería que cuando les digo: “háblale por teléfono” estuviera diciéndoles “tienes que donarle un riñón” pero me vale madre. Dice mi papá que ” el que quiere azul celeste, que le cueste“. No quieres hablar: no se va a enterar que l@ quieres invitar, o no vas a conseguir la tarea y tú le explicas mañana a tu prof. La de 12 me vio como si estuviera loca cuando le dije que si es cumpleaños de su amiga no se manda un mensaje: se habla por teléfono. Ese round valió la pena cuando una hora de conversación telefónica después me pregunto que si podía hablarle todos los días a sus amigas. Eureka.
También están los chats one on one, que son muy cotidianos y en los que te comunicas constantemente, pero en los que la otra persona te dice tantas cosas que mejor le mandas mensaje de audio, porque qué hueva escribir. Y OK, uno, o dos, pero luego son 10 mensajes de audio seguidos. Francamente, qué pendejada, ¡már-ca-le!
Luego lo imperdonable: no contestar. No mamen. Las palomitas azules están en todo su esplendor y la persona no-te-con-tes-ta. ¡Para volverse loco! Oigan, un rato está OK, la gente puede estar ocupada, de acuerdo. Pero, ¿un día? ¿en serio? Eso ya es simplemente una falta de respeto (sobre todo cuando sabes que ese dude no se despega de su cel).
O cuando haces una invitación en un grupo y hay gente que no responde. Imagínate que te hablo a tu casa, te invito a algo y me cuelgas, ¿no harías eso verdad? Pues es exactamente lo mismo: una majadería.
O el que se cree muy listo y activa esa onda de que las palomitas no se pongan azules y te dice “lo que tú crees es que no vi tu mensaje ja-ja-ja” ¿es neta? ¿Me estás diciendo que fue intencional no contestar tres días para un tema de chambaaaa? Me cae que la pendejez es infinita.
Bueno, hasta los pleitos han cambiado “gracias” al WA. ¿Quién no ha discutido horas con su significant other? Poderte expresar libre y claramente sin ser interrumpido puede hacer que las cosas se resuelvan mejor. Porque, en teoría, antes de escribir tienes que pensar lo que vas a decir y eso pudiera ser una ventaja, pero repito: en teoría.
Y ni qué decir de la infidelidad vía WhatsApp, cobarde y estúpida, como cualquier infidelidad, pero más por WA porque todos sabemos que por escrito uno se anima a decir y hacer muchas más cosas que en persona. Y, todos sabemos también que, tarde o temprano alguien cacha el mensajito. No sean tet@s.
Sé también que hay chats multitudinarios de mamás que se agarran del chongo por cosas completamente ridículas. Y otras que pretenden saber mejor lo que se hace, o no, en una escuela y se pasan la vida mentando madres de lo que hace, o no, el profesor. Señoras, por fis, consíganse algo que hacer o cambien de escuela, pero por favor ¡paren!
Incluso en chats de señores se caldean los ánimos a veces. Believe it or not.
Sobre todo pregunto: ¿por qué quieren estar en un chat multitudinario? ¡Qué hueva! ¡Huyan! No tengan miedo de que alguien diga: Fulanit@ ha dejado el grupo ¡Sálganse de ahí en el minuto uno y libérense! Usen su tiempo en algo más constructivo.
Y luego están los chats que son una gozada. Tengo uno, por ejemplo, que se usa SOLO para mandar memes y chistes clasificación triple X. Nada más. Una vez se me ocurrió poner algo muy ñoño y fui contundentemente abucheada. O el de los amigos con los que solo ríes o puedes desahogar cosas sin dar todo el contexto: simplemente despepitar y ser bien recibido. O el de tú y tu papá, que nunca te dice nada de ese tipo, pero te manda unas cursiladas que creías imposibles en él y que te sirve para decirle más seguido que lo quieres mucho.
El gran peligro del chat es que todo lo que escribes puede ser interpretado al revés, y eso ha causado más de varios problemas a más de varias personas. O qué decir de cuando te equivocas de chat y mandas el chiste, que era para el grupo de los guarros, ¡a tu jefe! O la viboreada del chat A al chat B. O el pretexto que ibas a poner en uno para zafarte de algo se lo pones al otro. O te ganó la bilis y escupiste tu primera reacción de enojo y ya quedaste para siempre como la persona más inmadura de la historia…
Total, que todos tenemos mil y una historias en WA y la vida sin esa aplicación ya la verdad es impensable.
Sin embargo, acordémonos de comunicarnos en persona. Yo, además de los 87 mensajitos que van y vienen diario entre el Sponsor y yo, sí requiero de una llamada por teléfono en algún momento del día.
Nada es más personal que la voz.
Y ningún LOL superará nunca a la carcajada, o mentada, o chismorreada, que puedes escuchar en tiempo real y corresponderla.
Conéctate.
Leí un post tuyo de Mamis y Papis en WA. Aún no entro a esta etapa o aún no soy tomada en cuenta para algún grupo de mamis (gracias a Dios)sin embargo, he visto el de algunas amigas y de verdad todas se vuelven super bitches contra la maestra o bien intensas sobre como resolver las tareas de los hijos. Están bien cañonas y espero no llegar a esos extremos pero coincido en que no haces nada por tu hijo más que hacerlo dependiente (cuando el considere necesario) de que le resuelvas la vida.
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