Diapositiva1Mi prima se casa y, como sucede en esos casos, un clan de viejas mitoteras se reúne hoy para llevar a cabo la famosísima despedida de soltera.

 Ya me imagino, todo el mundo muy emocionado, comida deliciosa, sobres con dinero y la novia flotando de felicidad en las nubes… justo mi tipo de evento ¡qué emoción! (NOT)

Empezar una nueva etapa de tu vida, cuando es algo que quieres hacer, siempre es emocionante. Como cualquier gran proyecto, toda la ilusión, planes y ganas que tienes, son un gran generador de felicidad, porque papel o no papel, decidir compartir tu vida con alguien es una de las más grandes y más emocionantes decisiones de la vida.

El Sponsor y yo cumplimos este año, la mayoría de edad: 2 de novios y 16 casados, casi siempre felices, pero nunca completamente fáciles. Cada etapa tiene un período rosa, uno de ajuste, uno de realidad y cuando crees que ya lo dominas ¡tóóómala! hay que empezar de cero la que sigue.

Vivir en pareja no es sencillo, todo lo contrario. Resulta que la otra persona tiene sus ideas (¡quién iba a pensar!), sus opiniones, sus mañas y, sobre todo, su maletita de historia personal que viene siempre a poner el desorden. Pero, para mí, lo que más complica la historia no es todo el bagaje, sino la fantasía que nos venden y que todos compramos de que “vivieron felices para siempre”, “el príncipe cuidó a la princesa”, “con amor todo se puede”, “juntos para siempre” ,”en la riqueza y en la pobreza” y todas esas cursilerías que escuchamos desde que tenemos 1 año de edad e ilusamente nos vamos comprando.

Nos casamos con la idea de que todo va a ser diversión, momentos felices, grandes logros, proyectos cumplidos y puras fotos preciosas con mensajes de amor y detalles románticos cada día.

Cualquiera que viva en pareja sabe que eso, obvio, no-es-cier-to.

La verdadera verdattt es que la vida se pone cada vez más canija, que nos volvemos, más neuras, nos empiezan a chocar las cosas que “nos encantaban”, somos más intolerantes, discutimos, nos aburrimos, nos enfermamos, nos salen mil achaques, nos dan unas crudas asquerosas que hacen que nos pensemos eso de andar en la pachanga y nos volvemos “de hueva“. Nos hacemos responsables, nos cansamos, nos pegan las preocupaciones, nos volvemos los cuidadores de nuestros papás, el ejemplo para los hijos, nos llenamos de deudas, nos preocupamos por cómo vamos a pagar las reinscripciones y nos vamos metiendo poco a poco cada quién en su mundito tratando de lidiar cada uno con su paquetito mientras dormimos juntos.

Nos vamos separando y de pronto, algo, un día hace que todo se sacuda y no te quede más remedio que voltear a ver el otro y tratar de entender ¿cómo diablos llegaste ahí?

Para algunos la sacudida es reencontrar el amor propio que tenían perdido. Para otros es otra persona que sin ninguna planeación se atraviesa en el camino. Para unos más estar al borde de la muerte, perder todo su patrimonio, encontrarse un ipad llena de mails de su esposo con otras mujeres, un hijo con problemas de adicción, un pariente desaparecido. O a veces cosas muy simples como tener hijos y llevar 5 años sin dormir (y por supuesto de coger ni hablamos).

A veces también darse cuenta de que esa persona perfecta con la que te casaste era perfecta para tu mamá, pero nunca para ti y que realmente te cae pésimo; a veces al revés, tu familia es la que te presiona para que lo dejes porque no cumple con el estándar necesario. Otras, tener mucho dinero es el problema porque nada nunca es suficiente y la felicidad es siempre inalcanzable, o hay uno que se cansa de ser el único que se la rifa mientras el otro fracasa en un proyecto tras otro… pffff… Hay millones de variables, pero lo que es un hecho es que todas las parejas pasarán por muchas crisis a lo largo de su historia.

Nadie nunca nos dice que el grado de dificultad va subiendo. Que se va a poner cabrón. Que el dinero, los hijos, las inconformidades y las historias de vida (que generalmente no trabajamos hasta que nos explotan en la cara) y la convivencia diaria van a tener un peso muy importante en nuestra relación.

No nos educaron para estar preparados, para trabajar en nosotros, para confrontar nuestros miedos, para expresar nuestras inconformidades y saber negociar, dialogar ¡pelear! Y saber hacer acuerdos… para saber hacer la paz, disculparse y perdonar.

No nos dicen que habrán días en que quieras escaparte y nunca regresar, que el otro te va a querer estrangular, que ¿qué crees? Hay más personas en el mundo y estar emparejado no va a hacer que te dejen de gustar y te muevan el tapete. Que compartir todo no necesariamente es padre y que probablemente el lado B del otro es igual de asqueroso que el tuyo.

Necesitamos educar a nuestros hijos diferente, para que a la hora que lleguen los madrazos estén, por lo menos, un poco más preparados que nosotros. Nadie experimenta en cabeza ajena pero si sabes de entrada que la vida no es un picnic sino un menú de muchos tiempos, sabrás entender que todo eso es parte de, no el fin del mundo cada vez.

Quitar la fantasía alrededor de todo el tema y darles herramientas más útiles que un vestido blanco. Enseñémosles que el objetivo principal de vivir en pareja es crecer como personas, no que alguien te cargue. Engrandecerte ante los retos, escuchar lo que no te gusta de ti, trabajar tus miedos, tus inseguridades, cambiar tus costumbres y estar dispuesto a tener nuevas, juntos.

Que sepan aceptar. Respetar. Trabajar cada día en seguirse conectando con el otro. Y también a decir basta. Ya no quiero.

¿Cuántas mamás no les dicen a sus hijas que “le pidan a dios que les dé fuerza para soportar al marido“, que las maltrata de cualquier manera, cuando lo que deberían de decirles es: “paso por ti en este momento y apriétate los calzones porque vas a salir de esta y yo voy a estar ahí para apoyarte“?

Lo que tenemos que hacer, además de la despedida —que es un rito lindo si lo vemos desde el lado de apoyar en esa nueva etapa y hacerle bolita a los novios— es darles realidad.

Decirles que, en primer lugar, emparejarse no es obligatorio. Pero que si lo van a hacer, sepan que lo más importante en una relación es la comunicación y la capacidad de hacer tus propios acuerdos, tu propio sistema, sin que te importe el resto del mundo (el tradicional para mi muy personal punto de vista está absolutamente caduco, podrido y prostituido). Me parece que es hora de permitir que cada quién le haga como mejor le funcione.

Hoy pienso que el éxito de una pareja no necesariamente es la fidelidad, sino la capacidad de poder ser totalmente honestos con el otro. Me parece que la comunicación abierta, cruda y real es el ingrediente más importante de una pareja feliz, y que esta puede tener muchas combinaciones mientras el plato principal siga siendo el mismo proyecto de vida.

Eso me parece mucho más realista y viable que pretender que nadie se va a meter con nadie, ni a pelear por lana, ni a estar completamente exhausto por andar persiguiendo chamacos, ni aburridos, frustrados, rebasados, cagados…

Aceptemos que sí, compartir sigue siendo complicado (aunque no tengas 3 años y el objeto en disputa no sea un cochecito). Vivir con alguien es muy intenso, muy difícil y muy desgastante. Pero si lo haces bien, si te arremangas con tu pareja y decides trabajar en cada etapa que la vida te mande (y, sobre todo, en ti mismo), si bajas tu estándar unas rayitas y optas por aceptar al otro y disfrutarlo como es, también puede ser muy divertido. Y sin lugar a dudas una gran aventura.

Nada es más increíble que hacer historia con es@ que quieres.

Digámosle a los hijos, a los primos, a los amigos, que los álbumes con fotos felices y perfectas tienen entre una y otra momentos infelices, complicados, con pleitos, lágrimas y ganas de salir corriendo. Esos son los que hacen que los buenos destaquen, los que nos hicieron más fuertes juntos y nos ayudaron a llegar a la siguiente foto feliz y la pusiéramos en el álbum.

Así que en el sobre, además de su dinero, hoy le voy a dejar a María el link a este post que le dedico con todo mi cariño, deseándole que ella y Willy encuentren siempre maneras de seguirse encontrando y ser honestamente felices.

Valeria Stoopen Barois

L´amargeitor

*Este post fue previamente publicado en el Huffington Post México

 

13 Comments »

  1. Como siempre GENIAL 😁 pero está repetido. Ya seeeee son vacaciones y andas en el crucero del cuarto a la cocina. Lista para leer uno nuevo y sentirme identificada al 1000. Saludos como te llames MI AMARGEITOR

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    • ¡Hola Luz!

      Sucede que se me había olvidado subirlo a mi página … pero no te preocupes, pronto habrá alguito nuevo completamente amargoso que espero
      Disfrutes mucho. Gracias por tu mensaje. Besos

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  2. este es un buen comienzo para cortar esta horrible manía de darles sueños guajiros a nuestros hijos. Precisamente le decía a una amiga que esta en proceso de divorcio, igual que yo, que la culpa es de maría la del barrio, rosa salvaje, mary mar, la gaviota, etc. Y toda esa basura que nos venden en televisión… Nos creemos el cuento del príncipe azul y estamos encantadas con ello, sin creer que el príncipe azul se convertirá en tu peor enemigo y la princesa en la mártir del cuento o en la vengadora empedernida. ja! y vivirán juntos tormento, amargura e infelicidad hasta que la muerte los separe! Amenos que… los guiemos para que tengan una relación sana y aguantable!
    Besos! :* :*

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  3. Definitivamente confirmo que sí alguien me hubiese hablado tal cual, no me hubiese casado (soy divorciada hace 7 años) pero, al final fue lo que elegí y tengo a mi hijo. Chingonería de artículo como siempre!

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  4. Sólo te escribió para darte las gracias, son una joya tus palabras.

    Amo tu franqueza y más amo que no verme reflejada en tus palabras, tantos pensamientos y sentimientos hechos palabras perfectamente bien escritas.

    Muchas gracias de nuevo, felicidades

    Nunca dejes de escribir por favor ??

    Con cariño

    Valeria M. Mercado Nieto. ________________________________

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  5. Hola Valeria,

    Muchas gracias por tu blog, me han encantado muchos que has puesto (los cuales encontré en mi vida apenas ayer y aprovechando el tiempo de fin de semana, he leído ya varios).

    Me detuve a escribirte en especial en este porque al día de hoy, después de intentos fallidos y dolorosos de “vivir felices para siempre”, al fin lo soy… y como dices, no es felicidad diaria e ininterrumpida, sino una odisea de eventos y emociones, pero cobijados por el respeto y el amor verdadero y sincero, con entrega total y siendo íntegros siempre.

    Le apostamos a amarnos de verdad y a haber aprendido del pasado. Ella es una mujer maravillosa que se equivoca junto conmigo (aquí entre nos, le gano en este departamento), pero nos sabemos humanos y también que queremos tenernos como testigos permanentes de nuestras vidas con todos sus aciertos y errores pero ojo, los del tipo honesto, inesperado y nunca de mala fé.

    Gracias de nuevo, escribes genial y dices tantas verdades al hacerlo. Mis mejores deseos para ti y tu familia y seguimos en contacto.

    Carlos Acosta

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  6. Te sigo hace un par de años y ahora quiero ponerme al corriente con todos los post que escribiste cuando no te seguía. Como todo lo que he leído de ti, me identifico al 100 y aparte escribes padrísimo!

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    • Gracias mana. Bienvenida 🙂 mis audiolibros están en Beek. Puedes tener una liga gratis para probar la plataforma en la liga de mi instagram

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