El azote con mi selección
No ha empezado el Mundial y yo ya traigo hasta la madre el tema del futbol y todos sus bemoles. Parece que fue hace un año que los niños empezaron […]
Un blog de risas garantizadas y uno que otro verdadazo…
No ha empezado el Mundial y yo ya traigo hasta la madre el tema del futbol y todos sus bemoles. Parece que fue hace un año que los niños empezaron […]
No ha empezado el Mundial y yo ya traigo hasta la madre el tema del futbol y todos sus bemoles.
Parece que fue hace un año que los niños empezaron a hacer sus álbumes, que por un lado me parece padre si les damos chance de hacer sus intercambios (o sea, no les resolvemos todo), de encontrar maneras de conseguir las que faltan y, sobre todo, estar interactuando en lugar de pegados a una pantalla. Y, por el otro, me parece la tomada de pelo más grande de la historia y el mejor negocio del mundo para la familia del señor Panini que, de aquí a que se mueran sus tataranietos, seguirán carcajeándose de las carretillas de dinero que reciben cortesía de todos los niños, pero sobre todo de los papás de los niños, que, evidentemente se ponen mucho más punks que los chavos, compran cajas enteras para llenarlo en un día (no vaya a ser que podamos aprender a esperar).
Y, por supuesto, le compran a cada hijo el suyo para que, en lugar de hacerlo como proyecto familiar y trabajo en equipo, sigamos compre y compre y compre estampitas, tire y tire papelitos y obvio, dejándole de pasada millones más al señor Oxxo. Porque en cada viajecito por “un paquete Panini” se nos pegan 4 antojos.
Luego las playeras. Tooooodos necesitamos una, ¿no? Porque, ¿cómo crees que no tengamos para salir en la foto previa al primer partido para poner en nuestras redes con #VamosMéxico #SíSePuede #MiSelección y demases azotes nacionalistas para presumir en el feis como debe de ser?
Ni qué decir de los 32 partidos de “preparación” “amistosos” “de despedidas” y total que diario, desde hace dos meses, nos van subiendo las esperanzas y calentando los ánimos. Para que, obvio, sigamos compre y compre, y espere y espere que esta vez sí sea la buena.
Que si el grupo A o el B, que si el quinto partido, que si llamaron a este o al de más allá.
Total, que llevamos un año en el tema y a solo unos días de empezar, yo, francamente me siento ya un poco harta y empiezo a hacer berrinches de antemano.
A ver.
No soy fan del fut. Me choca la liguilla, no soporto que el mundo se detenga por un partido, sobre todo cuando hay un partido cada dos días, una final cada dos semanas y un torneo después del otro. Me matan de hueva los que se pasan la vida posteando de sus equipos y sus ídolos, que solo hablan de futbol y que, además, se pelean, o atacan a los que no opinan como ellos o le van al otro.
Peeeeero, el Mundial es el Mundial. Ese sí me gusta. Para empezar porque, de entrada, es otro deporte muy distinto al que vemos aquí cada dos segundos con jugadores que les pagan fortunas y no meten un gol en toda la temporada (pero, ¿qué tal cuántos anuncios hicieron? Eso sí). Cualquier torneo que involucre “al mundo” me parece increíble y, todo el fut que no veo en 4 años, me encanta verlo ese mes. Me emociona, me involucro y ya de plano si se pone muy aburrido, siempre hay un guapo o dos que ver por ahí y darse mientras un taco de ojo (por cierto ¿ya vieron al portero de Suiza?… Oh-mai-god)
De lo que estoy hasta la madre es de que cada Mundial nos vuelven a vender algo que nunca sucede. Cada Mundial llegamos todos hiperilusionados y nos quedamos siempre en el “lástima”, “no se pudo”, “así es el futbol”,”sabíamos que era un contrincante complicado”, “y pues nada, habrá que volverlo a intentar“…
Estoy hasta la madre de ser un país que se quede siempre en el “no se pudo” y me caga particularmente porque tengo un niñito de 11 que come, duerme, juega, ama y respira futbol, que el Mundial pasado juraba que México podía ganar. Y este no ha empezado y ya sabe que no hay manera de que gane. Ya sabe.
Ya aplica la que todos hemos aplicado de:
—”¿A quién le vas en el Mundial?”
—”Pues primero a México, porque obvio… pero para que gane a ____________”.
Nadie se lo enseñó. Solito se ha dado cuenta. Carajo.
¿Por qué tenemos una cultura poquitera del ahí se va, y que por alguna razón cuando empiezan a salir bien las cosas, nos metemos el pie solos, nos hacemos chiquitos, nos echamos pa’trás? ¿Por qué? Siempre pasa igual. Y siempre pasa también que si la Selección gana ¡ganamos! Y si pierde “que bárbaros perdieron…” (ellos)
Somos muy poco solidarios.
Y por otro lado por qué seguimos permitiendo que nuestros “representantes” deportivos ante un evento internacional así se den el lujito de armar una megapeda como la que se aventaron y con todo y todo los despidamos con bombos y platillos. Qué oso.
Me parece vergonzoso que con lo que ganan se las gasten así, como si fueran el mejor jugador del mundo y dándose esos aires de grandeza. No tenemos ninguna cultura deportiva y ganadora real y la diferencia radica en eso: en que los campeones están concentrados, sin acceso a redes sociales, entrenado y completamente enfocados a su siguiente partido. En lo que aquí por un pinche gol que le metieron al contrincante (y un bastante mal partido) ya se creen merecedores de una bacanal sin precedentes y obvio, el siguiente partido después perdieron, ¡¿qué esperaban?!
En medio del escándalo mediático (y seguramente un megadesmadre familiar) que traían encima, no hay manera de estar concentrados en un juego… así se fueron a representarnos, crecidos hasta las nubes y celebrando como si ya hubieran ganado el Mundial cuando ni si quiera han empezado.
Y, ¿les digo qué? Ni aunque hubieran ganado el Mundial. Un deportista es un ejemplo a seguir para miles de niños y jóvenes. Es inaceptable que se quemen de esa manera y nosotros les sigamos aplaudiendo e incluso digamos “está bien que echen su desmadre”.
No. No está bien.
No está bien que nos sigamos conformando con representantes así y que nos riamos de estas cosas y les quitemos importancia. Aplica exactamente igual para los gobernantes. Es tal cual, la misma situación. Tenemos memoria corta, poco nivel de compromiso y sobre todo nada de ganas de hacer cosas al respecto. Lejos de eso seguimos permitiendo, aplaudiendo y consumiendopara que este tipo de personas sigan llenándose de lana a nuestras costillas.
Tenemos en todos los espectaculares “ídolos deportivos” que anuncian marcas de todo tipo y en la portada de la revista amarillista de la semana están en una pedota con una mujer que no es su esposa. Qué bonito. Qué buen ejemplo.
Esos son los que traen puesto el uniforme de México y con todo y todo, ahí vamos a estar todos uno, dos, tres, cuatro partidos, rezando por el quinto y soñado con el sexto.
#TodoMal
Quisiera que mi chavo pudiera ver ganar a su país más seguido. Quisiera que, en dos semanas, pudiéramos elegir a un representante digno, capaz, comprometido con nuestro país y no otro personaje más, intoxicado de ego y como único objetivo ganar para él.
Un equipo que sí sepa hacer equipo, ser consistente, estar enfocado y trabajar para ganar todos por una puta vez.
Quisiera poder empezar a decirle a mi hijo que México, sí puede ganar y saber qué se siente…
¿Y tú?
*Este post fue previamente publicado en el Huffington Post México