Diapositiva1Yo no voté por él. Ni esta, ni ninguna de las otras veces. Podría escribir muchas cosas al respecto de lo que opino de AMLO y mis razones para no hacerlo, pero no, no voy a invertir un segundo de mi tiempo en quejarme y en decir todo lo que no me gusta y me parece preocupante.

¿Por qué? Porque, número uno, son muchas, y número dos porque el señor ganó por la vía legal y democrática, de manera contundente, la presidencia de mi país.

No pego de brincos de alegría. Cero. Ni tampoco lloro porque “hubiera ganado tal”. Mi más grande tristeza es que, lamentablemente, por angas o por mangas, ningún candidato era una buena opción y nuestro pobre México está tan absolutamente lastimado que necesitaba, a mi gusto, otro tipo de líder y otro tipo de partidos.

Pero esto es lo que hay.

Nos guste o no, AMLO no solo ganó ¡a-rra-só!

Los números son impresionantes a nivel nacional y en todos los cargos por los que se votó, su movimiento se quedó, casi, con “the whole enchilada”.

Hoy, tres días después, veo que las redes sociales se dividen básicamente en dos grupos: los que votaron por él, muchos de los cuales están como gallinas cacareando y con un tonito mamador que suena a: “ya ven pendejos”, “no qué noooo”, “cuándo se van del país” y demases monadas.

Y, los que nomás no paran de azotarse, ponen moños negros, ojos tricolores llorando y escriben letanías de lo tristes que están y de cuánto perdió México e incluso, los que ni siquiera viven aquí y escriben cuánto se alegran de estar tan lejos, seguros y a salvo de tanta maldad (mil gracias para los que aquí seguimos, es empático, alentador y sin duda de gran ayuda… #NOT). Y , en general, los que opinan que básicamente, el mundo se va acabar.

¿Les digo algo?

No mamen.

Todos.

Paren por favor.

El mundo no se va a acabar.

Si algo me enseñó mi abuelo —quien sobrevivió a los campos de trabajo en la Segunda Guerra Mundial y tuvo que huir de Francia a pie para escaparse de los alemanes (a los 16 años)— es que el mundo no se acaba, que uno siempre puede encontrar un camino y que lamentarse y tirarse a llorar no va a resolver nada.

Cálmense todos por favor.

A los ganadores muy emocionados plis, bájenle varias rayitas a su arrogancia porque, por el momento, solo ganaron la elección. Muchas felicidades, peeero falta que su candidato nos calle la boca con hechos antes de vanagloriarse como si ya todo estuviera resuelto (y, aún así, calladitos se verán más bonitos). Hay que saber ganar, así como claramente los candidatos que perdieron, supieron perder: con elegancia. Esa es otra parte fundamental de la democracia y la definición del primer mundo.

A los demás, en los que me incluyo, les digo ¡basta! Sí, sí hay muchas cosas que nos preocupan. Pero no resolvemos nada lamentándonos, ni mucho menos nos conviene “que ojalá lo haga pésimo para que tooodos los que votaron por él por fin entiendan que no era opción”.

¡Jeloooooo-oooou!

¿Sí entienden que, si eso pasa, nos pasa a todos?

#TodoMal

¡Es al revés! Lo que queremos es que el presidente electo lo haga ¡muy bien! Porque eso nos beneficiará ¡a todos! y para ello necesitamos colaborar, conciliar, trabajar y contribuir para que así sea. Boicotear y estar de lejos juzgando todo no va a mejorar nada, al contrario.

Basta.

Y miren que se los digo yo, L´amargeitor, la reina de buscarle chichis a las hormigas y ver siempre el lado b de las cosas.

Necesitamos darle un voto de confianza a este señor y ¡ojalá! estar equivocados. Yo, neta, espero que en un tiempo pueda decir “este señor es justo lo que nos hacía falta, qué increíble lo ha hecho, ¡qué loca estuve!

No sé qué nos depara. Y mentiría si no dijera que me siento un poco asustada. Pero sobre mi cadáver mis hijos me verán, o escucharán, diciendo cosas así, ni voy a subirme al tren del azote masivo de lo que pudo haber sido (que honestamente tampoco era muy boyante).

Lo que sí quiero que mis hijos escuchen es que la democracia funciona así: unos ganan, otros pierden y se alternan los poderes.

Que, contrario a todo lo que pensábamos, la nuestra, funciona y ¡funciona muy bien y eso solito es una GRAN noticia! Que, si las cosas salen mal, encontraremos maneras de salir adelante -como siempre lo hemos hecho los mexicanos- y votaremos nuevamente en 6 años (ojalá que por mejores candidatos) para expresar nuestra voluntad. Que no, no todo es un “compló“.

Y que, si a AMLO le sale bien, será una extraordinaria noticia para todos. Que la figura del presidente de la república está muy jodida, pero necesitamos reencontrar nuestro sentido de nacionalismo y darle el lugar que se merece por lo menos, para otorgarle el beneficio de la duda y ofrecer nuestra mejor disposición para que las cosas salgan y salgan bien.

Que vamos a estar bien.

Necesitamos que aprendan a ver el lado bueno de las cosas siempre, no solo cuando sí nos salen como esperado. Enseñarles a adaptarse, a dimensionar, a no paralizarse por el miedo, a actuar, a saber que siempre hay algo positivo en lo negativo y darles paz y confianza en que las cosas también podrían salir bien… y si no, lo vamos a solucionar cuando haya que solucionarlo.

Por el momento, lo que tenemos que hacer es formar adultos resilientes, siendo uno. Esto es lo que hay. Paren de llorar. Dejen de pelear. Hay mucho que hacer en México como para desperdiciarnos agrediendo o chillando. Involucrémonos realmente en este país, exijamos que nuestros nuevos gobernantes hagan las cosas que necesitamos que hagan; seamos críticos y actores siendo buenos ciudadanos, haciendo bien nuestra chamba y participando cuando sea necesario. Enseñémosle a los hijos a luchar, a informarse y a trabajar con lo que tenemos y lo que la vida nos presenta, engrandeciéndonos ante ella.

Levántense, México nos está esperando.

P.D.

Un ENORME aplauso al INE y los casi 1.5 millones de ciudadanos que participaron en esta jornada electoral y nos regalaron su tiempo en aras de ser un mejor país. A los que se formaron e hicieron colas de horas para votar, ¡bravo! Ganó la enorme mayoría y lejos de que nos parezca o no el resultado, el hecho de que el 70% del país haya participado es realmente histórico e increíble y ante eso yo: me pongo de pie, aplaudo, y espero realmente que la esperanza de México se convierta en realidad.

 

L´amargeitor

*CRÉDITO FOTO PEDRO PARDO/AFP/GETTY IMAGES

* Este post fue previamente publicado por el Huffington Post México

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